El Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21 lanzó, por tercer año consecutivo, un estudio sobre la brecha de género en los argentinos. Aunque la brecha de género más popular sea la referida al mercado laboral o al acceso a oportunidades, es importante analizar la existencia de brechas en diferentes ámbitos que pueden afectar el bienestar y desarrollo de las personas. En esta ocasión, el foco fue en el área de la salud, entendida como el equilibrio entre el bienestar físico y emocional. Los resultados arrojaron que las mujeres presentan mayores niveles de ansiedad, depresión y estrés en relación a los varones.
¿Los factores? El conflicto en la relación Familia-Trabajo, los mayores niveles de estrés y agotamiento a los que se ven expuestas, el menor tiempo de ocio y las dificultades para desconectarse luego de una jornada laboral, son algunos de los elementos que deterioran también la salud mental de las mujeres.
“En Argentina la carga doméstica forma parte de la vida del 77,6% de las mujeres, mientras que esta cifra es del 43.3% en los hombres. Las mujeres dedican el doble de horas al trabajo no remunerado (tareas domésticas y cuidados de los miembros de la familia) en relación a los hombres. Esta carga adicional genera que las mujeres presenten mayores niveles de conflicto-familia trabajo, menor tiempo de ocio, mayores dificultades para desconectarse y presenten mayor riesgo de experimentar estrés crónico. En conjunto, estos factores llevan a que las mujeres se vean más expuestas a sufrir padecimientos de salud mental”, advirtió el Dr. Leonardo Medrano, Secretario de Investigación y Transferencia Científica de la Universidad Siglo 21, quien explicó que la brecha de género en Salud es una dimensión poco explorada en relación a otras como: brecha salarial, educación o acceso a oportunidades.
A su vez, los resultados más importantes del estudio reflejan que:
Los resultados indican que existe una brecha de género promedio del 3,4%, es decir, casi medio millón de mujeres experimentan síntomas de ansiedad, somatización y depresión, asociados a mayores niveles de estrés y vulnerabilidad psicológica.