*Por Francisco Ulla, Responsable de Innovación del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE)
No podemos negar que estamos atravesando tiempos de cambios. La agenda global está copada por temáticas de calentamiento global, equidad de género y desigualdad económica, entre otros temas de gran importancia para el desarrollo de la sociedad ¡Y en buena hora que sea así!
El dicho popular “Crisis es igual a oportunidad” se vuelve cada vez más vigente en el contexto global actual, y brinda un marco ideal para aquellas empresas que quieran convertirse en activistas frente a estos temas que nos competen a todos. Si bien desde IARSE venimos diciendo desde hace tiempo que las empresas que operan bajo una Gestión Responsable Orientada a la Sustentabilidad tienen una diferenciación de valor frente a las que no; es hoy – más que nunca – la gran oportunidad para lograr ser aun más competitivos y aprovechar aquellos temas de la agenda global y local que impulsen a la organización a hacer su aporte al planeta.
The Consumer Goods Forum (El Foro de Bienes de Consumo) nos dice que ya el 70% de los consumidores globales desean conocer información fehaciente sobre el impacto social, ambiental, de salud y de seguridad de los productos que adquieren; y desde hace ya un tiempo se acrecienta el hecho de que los consumidores prefieran a las marcas que comunican estos valores agregados. En tiempos turbulentos y dinámicos, gestionar una empresa desde el respeto y la responsabilidad por el impacto generado es crucial.
Ya no es una tendencia sino una realidad, que 3 de cada 4 millennials están dispuestos a pagar más por productos o servicios amigables con el ambiente. Entonces la pregunta es ¿Por qué no aprovechar este momento oportuno para redefinir el futuro de nuestras compañías, y transformarlas de una vez por todas en activistas frente a las problemáticas globales?
Lo cierto es que muchas veces no es suficiente sólo asumir un rol activo, sino que también necesitamos ser transparentes. Este es un valor que resuena en los mercados, y en los momentos de crisis se valora doblemente. El futuro pertenece a las empresas que ofrecen productos y/o servicios honestos.
La transparencia y la honestidad empiezan por casa. Desde el corazón de la organización, y de manera transversal, se deben trabajar estos valores para que lleguen hasta los productos y servicios y de esta manera se pueda lograr una marca honesta.
La invitación es a enamorarnos de los problemas y de las crisis, para poder así convertirnos en protagonistas y a través de nuestros aportes poder impactar desde nuestras empresas hacia la sociedad.