Por Prof. Lic. Luis Ulla – Director IARSE
Desde el IARSE consideramos que ya era hora de hacer una primera CONFIARSE dedicada a hablar de ESG -ASG (Ambiental, Social y Gobernanza). Desde nuestra percepción, el tema avanza a veces ordenado, a veces no tanto. Presenta algunas identificaciones de temas materiales que resultan bien claras y que no dejan lugar a diversidad de interpretaciones; y en otros puntos, los límites siguen siendo un poco borrosos ya que las definiciones no se perciben alineadas y menos aún acordadas por los propios usuarios de la propuesta.
Nos recuerda a algunos momentos de la evolución que tuvieron algunas tecnologías materiales de almacenamiento y transmisión de información allá por la década del ‘80. Cada líder tecnológico proponía su sistema y ofrecía insumos con el correspondiente “hard”, el que obviamente solo podía utilizar ese único formato. El mercado ofrecía por entonces varias tecnologías, todas incompatibles con las demás. El usuario debía apostar por invertir en aquella que él creía que se iba a imponer. Uno o dos años después, la batalla comercial ya tenía un ganador bien definido e impuesto entre los usuarios, y varios miles de ellos tuvieron que dejar arrumbados equipos que, en un tiempo muy corto, se tornaron obsoletos. Era el costo que pagar por la inmadurez tecnológica, pero sobre todo por la baja capacidad de lograr acuerdos básicos, los factores que estaban por detrás de estos “éxitos” para algunos y rotundos “fracasos” para otros.
La propuesta de criterios/factores ESG/ASG está en plena evolución, y por lo tanto aún es inestable en materia de indicadores objetivos plenamente acordados. Apostar a un formato determinado esperando que se “imponga” a los demás, es como comprarle un pantalón a un adolescente en pleno crecimiento… pronto su cuerpo cambiará y le quedará ridículamente chico. Cuando complete su maduración corporal su talle será mucho más estable.
Es lo que bien refleja el informe de Ernst & Young (EY) denominado “El emergente ecosistema de información sobre sostenibilidad: Acciones clave a tomar en el camino hacia una información fiable y útil para la toma de decisiones en materia de sostenibilidad” presentado en julio de este año. Allí, EY habla precisamente de esa “transición hacia la madurez” en sus conclusiones, las que se desprenden a partir del análisis de sus datos en la materia. En ellas se destacan puntos interesantes para seguir un hilo de conversaciones en el futuro cercano:
El avance en las definiciones de qué es y qué no es ESG/ASG nos recuerda al proceso que hemos retomado junto al Instituto Ethos de Brasil y PROhumana de Chile de elaboración de una versión de Indicadores de S&RS / ASG para autodiagnóstico: en la precisión de la definición está el cimiento de todo el proceso. Por eso la afirmación de Lord William Thomsom Kelvin (1824-1907) hoy posee más vigencia que nunca: “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide no se puede mejorar. Y lo que no se mejora se degrada siempre”.
Pero no solo debe madurar el propio sistema de definiciones de los criterios ESG/ASG hacia un modelo referencial bien delineado y generalizadamente aceptado; mientras ese proceso inevitable ocurre, deberíamos estar ganando tiempo para colocarlo en el ADN de todos los estamentos de decisión de las empresas. Es imperioso que ESG/ASG se tornen parte de la cultura de gestión de sustentabilidad, de transparencia y de rendición de cuentas. Desde los inversores a los consejos de administración, y de éstos a los comités de gestión, este cuadrante de pensamiento debe ser asumido para lograr precisamente eso: tomar naturalmente las decisiones correctas y asegurar implementaciones coherentes en materia de sustentabilidad.
En la CONFIARSE 2022 quedó claro que los criterios-factores ESG/ASG a la hora de contribuir a considerar aquellos aspectos que impactan en la capacidad de la empresa a la hora de crear valor, no desplazan a las eficaces y evolucionadas herramientas con la que las empresas deben medir, gestionar y reportar los impactos externos del negocio en el bienestar social, cultural y ambiental. GRI seguirá siendo por un buen tiempo la referencia a la hora de medir y reportar impacto externo. También los serán iniciativas más enfocadas como por ejemplo CDP (Carbón Disclosure Project) o las pautas de Trabajo Decente de la OIT.
Lo demás, seguirá evolucionando hasta alcanzar el nivel de credibilidad necesaria para todos los públicos de interés.
Alberto Andreu Pinillos -en una reciente entrevista publicada por ComunicarSe– afirma: “…Y otra cosa importante que veo es que empieza a haber un cierto acuerdo de que previsiblemente en los próximos cuatro o cinco años a la información no financiera se le van a pedir los mismos requisitos de verificación y de auditoría que a la información financiera… Hoy a la información no financiera se le pide un proceso de lo que se llama verificación, que técnicamente se llama aseguramiento limitado, lo cual significa que quien hace esa verificación no da una imagen fiel sino que dice que atendiendo a los datos que ha recibido cree que no hay problemas mayores… Lo que se está planteando es que si es material (ESG/ASG) tendré que tener los mismos criterios de aseguramiento para lo financiero y lo no financiero. Por eso hay muchas personas que empiezan a pensar que, si va a ser obligatorio el aseguramiento razonable, es decir la auditoría por información no financiera, vamos a tener un esquema de equiparación de las dos informaciones”. Y concluye: “Yo creo que vamos a tener diferentes niveles de regulación, en diferentes países. Y creo que en Europa y en EE. UU. esto es lo que va a pasar”
Para el IARSE el surgimiento de este tema es visto como parte de una evolución comprensiva ascendente y abarcativa de lo que es la sustentabilidad; y nos alegra por que viene a darnos la razón cuando -desde hace más de 22 años- venimos hablando de los 4 Cuatro Grandes Capitales que las organizaciones precisan disponer, gestionar y acrecentar en valor: el Capital Ambiental, el Capital Social, el Capital Ético-Cultural y obviamente el Capital Económico-Financiero. Aumentar estos activos es tan importante como comenzar por achicar los pasivos que arrastramos en esas cuatro dimensiones.