* Por Francisco Ulla, Responsable de Innovación y Project Manager de IARSE
Durante las últimas semanas, desde IARSE nos preguntamos, al igual que nuestras organizaciones miembro y otros públicos, ¿Qué cosas van a cambiar después de la pandemia?, y sobre todo ¿Cuál va a ser el futuro de la Sustentabilidad y la Responsabilidad Social?. Muchas de estos interrogantes denotan intranquilidad y ansiedad por saber qué posibles hábitos y conductas cambiarán o afectarán la toma de decisiones a la hora de gestionar empresas y organizaciones una vez que controlemos el COVID 19.
En IARSE no hacemos futurología pero si, desde hace ya un tiempo, compartimos datos y hechos que científicos, elaboraciones de organizaciones ambientales de trayectoria y muestras que la mismísima naturaleza nos ponía en frente para demostrar el impacto de nuestras acciones – malas acciones – sobre el planeta.
Según el último informe del Íncide de Planeta Vivo (2018) de WWF, el planeta ha perdido un promedio del 60% de las poblaciones de vertebrados en poco más de 40 años. En su informe 2019, el IPBES (Panel Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas), revelaba que alrededor de un millón de especies de animales y plantas están hoy en peligro de extinción, un hecho nunca antes registrado en la historia de la humanidad. El informe también advirtió que de tres cuartas partes del medio terrestre y el 66% del medio marino han sido alterados significativamente por las actividades humanas. Si a todo esto le sumamos el impacto que esta generando el cambio climático, producto de la multilicación gases de efecto invernadero, tenemos como resultado a una naturaleza destruida a un tiempo récord y preocupante.
El informe sobre pérdida de Naturaleza y Pandemias de abril de 2020 de WWF determina que los factores principales que hacen que una pandemia, como la que estamos atravesando, sea posible son:
Creo que tenemos suficientes datos para afirmar que estamos en un contexto donde la crisis climática, la degradación de los sistemas naturales y la salud humana están impactando directamente en nuestras organizaciones y por supuesto en nuestros hábitos diarios. Lograr un planeta sano, con personas sanas y empresas/organizaciones sanas que a su vez no dañen el planeta pareciera ser la figurita difícil del álbum.
IARSE, una organización promotora de la Sustentabilidad y la Responsabilidad Social, se cuestiona – nos cuestionamos – si ha hecho lo suficiente para fomentar el desarrollo sostenible de organizaciones que impactan en diferentes públicos de interés. Vemos como muchas de nuestras organizaciones miembro no solo buscan hacer lo que creen correcto para enfrentar la pandemia sino, que además, buscan un punto de inflexión sobre los negocios, trabajan en la construcción de un balance entre el clima, la salud y la economía. Esto nos hace sentir que estamos yendo por el camino correcto. Sin embargo, aun no es suficiente para generar radicales cambios de conciencias en todas las organizaciones y en todos los niveles.
Los antiguos paradigmas que nos eran funcionales para gestionar una empresa hoy posiblemente ya no lo sean. Vincular la sustentabilidad a la estrategia del negocio, y a su vez considerar el contexto social, los aspectos éticos, ambientales y económicos resulta ser aun más asertivo (aún para transitar un contexto turbulento como el actual).
La invitación desde IARSE es, por un lado renovar nuestro compromiso de cara a la responsabilidad de nuestros impactos; Por el otro invitamos a romper las barreras e ir más allá, ver con mayor precisión y enfoque la foto completa, observando la interconexión y la interferencia de todo lo que nos rodea, cómo individuos y como organizaciones. Si algo nos esta dejando ver el COVID 19, es que todo esta conectado, los países, las personas, la salud, la economía, la ética y el planeta.
A la figurita difícil del álbum, no hay que salir a buscarla, ya la tenemos. Es cuestión de seguir aprendiendo, gestionando y caminando.