Representantes de 200 países firmaron en la Cumbre del Clima de Bonn COP23, un nuevo compromiso para la lucha contra el calentamiento global.
Desde la ciudad alemana de Bonn, organizaciones, gobiernos y empresas firmaron un documento que sirve como guía para marcar el cumplimiento de las reglas del Acuerdo de París, con el fin de reducir dos grados la temperatura del planeta frente a los valores preindustriales.
El texto denominado “El Momento Bula de la Implementación del Acuerdo de París” fue catalogado por el presidente de la Cumbre, Frank Bainimarama, como «un paso adelante para avanzar en la puesta en marcha del pacto alcanzado en 2015, si bien hay que ir más rápido en su implementación«.A un año de que el Acuerdo de París entrase en vigor, las negociaciones en estas últimas dos semanas vieron a los países llegar a un acuerdo sobre temas críticos relativos a la acción antes de 2020, e introducir en la acción climática la dimensión de género, a las comunidades locales y los pueblos indígenas. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para garantizar que se aproveche la oportunidad de alcanzar los objetivos de este histórico acuerdo climático. Los gobiernos deben fortalecer la acción, finalizar el reglamento del Acuerdo de París y decidir colectivamente revisar y fortalecer la ambición de los compromisos climáticos post-2020 con urgencia.
Una de las novedades más relevantes de la COP23 fue la presentación de la “Alianza Global para Eliminar el Carbón” – impulsada por Reino Unido y Canadá – que reúne a ciudades, gobiernos, empresas y organizaciones con el fin de acelerar la protección del medio ambiente a través de la rápida eliminación gradual de la energía del carbón.
Asimismo, de la COP23 surgió también el diseño del llamado Diálogo de Talanoa, mediante el cual los países deberán rendir cuentas en la próxima Cumbre del Clima de cómo van a incrementar la ambición de sus compromisos de reducción de emisiones nacionales para lograr el objetivo al que se han comprometido: Mantener el aumento de temperatura del planeta por debajo de los 2 grados.
Según los científicos, que aportarán un informe previo a ese diálogo sobre los impactos de 1,5 grados de aumento de temperatura, los objetivos de reducción de emisiones actuales de los países no van por buen camino sino que conducen a entre 3 y 4 grados más a finales de siglo.
La COP23 sirvió también para demostrar que la decisión de la actual Administración de Estados Unidos de retirarse del Acuerdo de París y promover los combustibles fósiles no tuvo mayor impacto; ya que el Centro de Acción Climática de los Estados Unidos reunió a más de 100 líderes de los gobiernos estatales y locales, el sector privado y la ciencia, demostrando el compromiso para seguir siendo un líder mundial en la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
Con la intención de Siria de sumarse al Acuerdo de París durante la COP23, Estados Unidos queda aislado como único país fuera del pacto; pero su sociedad ha demostrado su compromiso, atendiendo al nombre del pabellón alternativo con el que han participado de la COP23 y por el que pasaron representantes del sector público, empresarios, científicos y activistas estadounidenses.
Por último, la COP23 cerró también con un Plan de Acción de Género en materia climática, y con una plataforma que permitirá a las comunidades indígenas – según datos de Naciones Unidas, compuestas por más de 370 millones de personas en el mundo – tener voz en las negociaciones y ser incorporados de manera oficial en las discusiones contra el cambio climático.
Carlos Tanides, Responsable del Programa Ambiente y Energía de la Fundación Vida Silvestre, participó de los procesos de negociación y comentó: “La ambición de todos los países, incluyendo a la Argentina debe aumentar: aún hacen falta más medidas y compromisos para limitar el calentamiento global a 1.5 ºC. Este compromiso debe ser de todos: con los actores gubernamentales no alcanza; deben participar también absolutamente todos los sectores de la sociedad”.
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