Con el fin de honrar el ODS 17 «Alianzas para lograr los objetivos«, IARSE, CEADS y GDFE llevaron adelante un diálogo en el que sus respectivos directores ejecutivos – Luis Ulla, Sebastián Bigorito y Javier García Moritán con la moderación de Taira Peña, compartieron reflexiones sobre los resultados del «Reporte Global de Riesgos 2021» del Foro Económico Mundial.
Para comenzar, Luis Ulla (IARSE) presentó los distintos tipos de riesgos globales del informe, es decir, aquellos eventos inciertos que pueden causar importantes impactos negativos para varios países o industrias dentro de los próximos 10 años, en sus diversas dimensiones: económica, ambiental, geopolítica, social y tecnológica. El informe concluye que «los efectos de la COVID-19, junto con algunos aspectos de la respuesta política, por muy necesaria que sea, han dejado sociedades y economías dañadas y ensanchadas las disparidades existentes dentro de las comunidades y entre naciones; desproporcionalmente dañó a ciertos sectores y grupos sociales y complicó el camino para que el mundo pueda lograr las metas de las Naciones Unidas«.
A continuación, Sebastián Bigorito (CEADS) presentó el top 5 de riesgos mapeados desde 2009 a la actualidad y señaló: «Se ha emparentado a esta crisis con el concepto de cisne negro, como si fuera un evento de muy poca probabilidad. Sin embargo, se trata de un rinoceronte gris: un riesgo visible, obvio pero así y todo ignorado» y resaltó que «las áreas de sustentabilidad de las empresas y los expertos de sustentabilidad para el sector público y académico deben participar de manera inequívoca de los procesos de análisis de riesgo globales«.
Por su parte, Javier García Moritán (GDFE) destacó que, entre las conclusiones del informe, el Foro Económico Mundial llama a construir una nueva economía y resetear el sistema poniendo en el centro a las personas y al planeta. En ese sentido, «estamos llamados a cooperar más que a competir. Dependerá de nosotros romper con las miradas sobre el bien particular para poner el foco en el bien común. Necesitamos expandir la capacidad de impacto de nuestras organizaciones mediante el trabajo colaborativo, asociado y colectivo. Por eso, organizaciones de segundo grado como las nuestras tenemos que profundizar este tipo de articulación» explicó.
Para concluir, Taira Peña -experta en comunicación y sustentabilidad- enfatizó la importancia de los modelos de colaboración mediante la profesionalidad y el coraje personal y organizacional, de forma tal que para el próximo informe de riesgo hayamos podido mover la aguja sin ser meramente espectadores.
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