* Por Federico Zárate, Director de Formación de IARSE
Las empresas, organizaciones e instituciones poseen un rol central y activo dentro de una comunidad. Desde hace ya un tiempo, son cada vez más las empresas y organizaciones observadas desde nuevas perspectivas, que superan la forma tradicional de pensar y hacer negocios.
Los consumidores, y sobre todo las nuevas generaciones, esperan de ellas mucho más que su eficiencia económica. Este paradigma supone tener en cuenta las decisiones que se toman en todas las áreas y niveles de la organización, la relación con los diferentes públicos con los que se vincula (colaboradores, clientes y consumidores, proveedores, medio ambiente, comunidad, etc.) y la creación de más valor económico, social, ambiental y cultural.
Organizaciones – sin importar su tipo, sector o tamaño – están comprendiendo la magnitud de estos los cambios y han iniciado desde hace un tiempo, un decidido camino hacia el logro de una gestión responsable.
Esta lógica no escapa a una Gestión Responsable y Sustentable con el Público Interno, en la que podríamos decir que actualmente existen 5 grandes tendencias; que ofrecen la posibilidad de crear más valor que beneficie a colaboradores, a la organización y también a la sociedad en su conjunto.
1- Capacitación y desarrollo profesional y personal
La premisa está en saber aprovechar diferentes instancias, espacios, plataformas y alianzas con otros actores para aportar más a la sensibilización y formación de los colabores; no solamente en lo relacionado a su rol dentro de la organización y/o a su profesión, sino también en otras temáticas que aportan a su desarrollo e intereses personales; e incluso en relación a temáticas que sean de interés general para de la sociedad.
2- Inclusión social y valoración de la diversidad
La clave es poder identificar puestos y/o roles que permitan planificar la inclusión de personas en situación de vulnerabilidad por distintos motivos: discapacidad (teniendo en cuenta que hay distintos tipos y que requieren de diferentes abordajes), personas mayores, género, origen, etnia, etc.
3- Conciliación vida laboral y familiar
Entender que toda organización tiene un impacto directo sobre las personas y sus familias es lo primero. A partir de allí, es viable impulsar prácticas que promuevan desde el involucramiento de la familia en la vida laboral de los colaboradores, la participación activa de los padres en la vida de sus hijos (ej. asistencia a los actos escolares de madres y padres), la flexibilización del horario laboral, el teletrabajo; hasta licencias por maternidad y paternidad extendidas, entre muchas otras.
4- Equidad de género e igualdad de oportunidades.
El foco está puesto sobre aquellas prácticas que demuestren la promoción de un desarrollo profesional que suponga posibilidades reales para ambos géneros, como también en los esfuerzos por promover la equidad de género en sus diversas formas (porcentajes sobre la cantidad de colaboradores, igualdad en el pago de salarios para mismos niveles de responsabilidades, acceso a capacitaciones y otros beneficios, etc).
5- Salud, seguridad y promoción de la calidad de vida.
Lo importante es poder tener una visión integral que exceda lo meramente relacionado a los riesgos ocupacionales; comprendiendo que la organización puede tener un alto nivel de influencia en la calidad de vida de sus colaboradores a través de la promoción de hábitos de vida saludables (ej. alimentación, actividad física y otras actividades de recreación,prevención y abordaje de diferentes enfermedades, etc).
¿Cuáles serán las consecuencias para las empresas que queden atrapadas en viejo paradigma de gestión?
Mientras más inflexible sea una estructura, más distante estarán de poder incorporar a los nuevos grupos etarios y más desanclados quedarán a la realidad. Mientras mejor empleadora sea la empresa, tendrá más ventajas competitivas.