* Por Heiver Andrade Franco, Director Fundación AMIGARSE.
Si algo aprendimos del Covid-19, es que se extinguieron los “ llaneros solitarios ”; sin alianzas, sin colaboración, y sin empatía; poco podremos hacer para enfrentar los desafíos que el Siglo XXI nos presenta. El Cambio Climático nos enseñó que no tiene fronteras y la ODS 17 nos provoca a pensar en ciudad, en país, en región y en aldea Global. Es la única manera de poder promover la sustentabilidad en su verdadera dimensión.
Hoy, estamos marcados por la URGENCIA y todos los caminos nos llevan a ingresar a la autopista de la sustentabilidad, del NET ZERO, la premura nos desafía, nos reta, nos obliga a trabajar en alianzas; es por eso que generar espacios regionales de divulgación, de diálogo y debate son fundamentales, son imprescindibles.
En contextos tan cambiantes y llenos de incertidumbre, aprendimos a nadar y surfear en mares bravíos; entendimos la necesidad e importancia de ser RESILIENTES.
Pero también nos damos cuenta de la necesidad de volver a aprender a desaprender para aprender a emprender e innovar y servir. Y que este ejercicio debemos hacerlo cuantas veces sea necesario. En ese contexto, aprendimos también que es el mejor momento para la Responsabilidad Social Empresarial se renueve, se bañe de disrupción e innovación.
Este año con el tema Covid-19, no reaccionamos oportunamente, cuando nuestros públicos de interés nos necesitaban. Por otra parte necesitamos ser más agresivos, debemos llegar al actor público y empresarial, ambos nos necesitamos y ellos lo saben.
Finalmente, así como el Paradigma del Cuidado está más vigente que nunca, la emergencia de la Economía Circular alcanzara su pico más alto en los próximos 2 años. El futuro es circular o no habrá futuro.
¡Felices fiestas!